Hace 6 años escribí un artículo de opinión sobre las bandas tributo, ya que en 2017 se había producido una situación curiosa: empezaban los tributos a artistas aún en activo, entre ellos a Extremoduro que decidieron disuadir al grupo que les "rendía homenaje" vía legal.
Hace unos meses, por noviembre 2022, vi un hilo en Facebook en el muro de un músico diciendo que deberían desaparacer las bandas tributo. Me chocó la visión inquisidora en cierto sentido -hay en juego muchos puestos de trabajo- y comencé a trabajar la reflexión que vas a leer más abajo. Cierto es que en 2017 ya escribí que no iban a desaparecer los grupos tributo, y que además irían en aumento aunque no gustasen -a mí no me gustan, pero la realidad es la que es y comprendo motivaciones para tocar en ellas-.
También invitaba a unir fuerzas y evitar guerras internas entre músic@s porque era más apremiante reivindicar derechos profesionales, y desde luego me reitero. Puedes repasar el artículo de 2017 titulado "¿Hablarán de los grupos tributo cuando hayan muerto?".
LOS GRUPOS TRIBUTO SIGUEN EN ACTIVO MÁS QUE NUNCA
Realmente es habitual en redes sociales leer muchos comentarios sangrantes dilapidando a las bandas tributo, ya que es verdad que explotan nombres consagrados, pero la gente compra entradas para verlos y es una realidad que no se puede omitir independientemente de que te guste lo que hacen y cómo.
Además, en el artículo que menciono al inicio de este texto, ya definí la actividad de las bandas tributo como una evolución de las orquestas: estaban -y están- mirando al siglo XXI perfeccionando interpretaciones para ganar dinero en el ámbito musical, ya que si el público reclama repasar temas conocidos es clave dar lo que pide.
Y hay una razón básica e indiscutible para entender qué genera que músic@s decidan formar parte de los grupos tributo: todo el mundo queremos pagar facturas, y aunque nos gustaría poder hacerlo con nuestro talento más creativo es cierto que la sociedad muchas veces lo impide y toca adaptarse... Así de sencillo y complicado a la vez es este tema.
DEJAR LOS GUSTOS A UN LADO ES CLAVE
Conozco músic@s dedicados a trabajar en las bandas tributo, y al hablar sobre el tema siempre me dicen que hay que comer y pagar facturas aunque no les gusta demasiado tocar repertorio de otra gente -en muchos casos tienen sus propios proyectos-. Pero querer pagar facturas y ampliar mercado no es nada nuevo, por lo que sigo sin entender qué genera tanto odio hacia los grupos tributo: si no te gustan simplemente no acudas a los conciertos que ofrecen -es lo que hago-.
Me paro a pensar en las marcas blancas de los supermercados: al fin y al cabo cuando irrumpieron en el mercado supusieron un rechazo frontal por parte de las grandes marcas, pero a nivel de consumidores/as empezaron a comprarlas porque eran más asequibles. A pesar de la batalla incesante desde esas marcas consagradas para que no tuvieran futuro y desaparecieran del mercado las marcas blancas, lo que ocurrió es que al final esas marcas consagradas entendieron el reclamo de usuari@s, así que algunas marcas potentes conocidas empezaron a fabricar para marcas blancas y así ampliar mercado.
La convivencia entre marcas oficiales y las marcas blancas -más low cost- está completamente normalizada, y llegaremos a ese mismo punto entre bandas creando contenido original y los grupos tributo. Más que nada porque no puedes imponer lo que te gustaría que ocurriera en el mercado: es este el que va marcando qué es lo que va ocurriendo, y si no se entiende este concepto tampoco se evoluciona. Quedarse en lo que no nos gusta impide ver otras posibilidades para crecer, y creeme que como creadora de contenido -redactora, podcaster, blogger, etc.- me encantaría poder vivir del ámbito musical pero abrir horizontes es clave si quieres crecer.
SERÍA INTERESANTE DELIMITAR LEGALMENTE ASPECTOS SOBRE LOS GRUPOS TRIBUTO
No soy música, partimos de esa base (solo estoy aprendiendo a tocar el bajo eléctrico desde septiembre 2022, y te invito a leer avances en sección "Con mi bajo"), y desconozco entresijos legales a muchos niveles pero sí creo necesario generar un marco legal que regule bien todo lo concerniente a las bandas tributo.
Tal vez existan ya leyes, no lo he investigado, pero tal y como está el panorama con proliferación casi desbordante de tributos por todas partes sí es crucial abordar este tema para que la convivencia profesional y económica sea adecuada para artistas originales y bandas "haciendo homenajes".
Obviamente es interesante delimitar legalmente ciertos límites que no se deberían propasar: si hay formaciones originales en activo es chocante que haya bandas tributo lucrándose, ya que en otros lares se pagan cánones, derechos, etc. por utilizar imágenes originales, canciones de tercer@s...
«¿Hablarán de los grupos tributo cuando hayan muerto?» es ese artículo de opinión que escribí hace 5 años (en 2017) para la extinta revista digital Nos Gusta la Música y que rescaté después en este blog de Distrito Uve. En todo este tiempo, releyendo el contenido del artículo, he comprobado que sigue habiendo una brecha entre bandas tributo y grupos de creación propia. 6 años han pasado y pocos cambios. Hay músic@s que quieren que las bandas tributo desaparezcan, pero como ya escribí en 2017 creo que los tributos son una evolución natural del mundo orquesta, así que gusten o no venden entradas y el público las demanda.
¿DEBERÍAN DESAPARECER LAS BANDAS TRIBUTO?
Claro que no. A mí no me gustan, eso lo he dejado claro siempre, pero generan trabajo y esta es suficiente razón como para no querer que mucha gente se quede en el paro. Y no hablamos solo de profesionales sobre el escenario: también de empresas promotoras, técnic@s de luces y sonido y todo el conglomerado del gremio profesional vinculado a la Industria Musical.
Obviamente sí habría que legislar cuál es el limbo entre hacer tributo, rendir homenaje y lucrarse con actividad que ya existe, pero pedir que desaparezca una fuente de ingresos en un sector muy jodido a muchos niveles es como desear un mal a gente que no se lo merece solo porque mi gusto personal no coincida, y/o mi proyecto profesional no funcione como me gustaría mientras sí lo hace la actividad musical que no es de mi agrado.
Así que manteniendo el mismo tono del mensaje que el contenido en el artículo original del 2017 sigo pensando exactamente igual: las bandas tributo son una evolución natural de las orquestas, fruto de ese I+D que se dan en otros campos profesionales. En música se ha llegado hasta la conclusión de que el público ama la nostalgia y se han estudiado variables factibles que cubran esas necesidades, desarrollando perfectamente el producto definido como bandas tributo que cuidan desde el estilismo y gestos sobre el escenario hasta la instrumentación y líneas vocales para que el tributo sea creíble.
MUCHOS EJEMPLOS COMPONIENDO TEMAS PROPIOS Y TOCANDO EN BANDAS TRIBUTO
Conozco much@s music@s en bandas tributo, con una creatividad maravillosa en sus proyectos propios, pero lo que da dinero ahora mismo son las bandas tributo como norma general. Hay grupos creando música propia a patadas, originales, muy buenos, y algunos llenan salas aunque el circuito del directo lo tiene complicado desde hace años.
Es curioso que se cuestione que la creatividad se puede ver afectada por la masificación de bandas tributo porque me parece mezclar temas: que el público demande nostalgia en música es completamente normal, ya que prefieres lo conocido a enfrentarte a opciones nuevas -revisa tus playlists y comprueba qué escuchas más porque seguro tienes muchos temas míticos. Además, basta con ver cómo se agotan entradas para ver a bandas de los 90 y dosmiles a precios desorbitados...-.
Realmente porque se acuda a conciertos de bandas tributo no condiciona la creatividad, que esta última atiende a la persona artista dando forma a sus ideas. Creadores/as originales seguirán su trabajo creativo dirigido a público y medios especializados porque forba parte del ecosistema comunicativo musical, y es un circuito que no va a desaparecer creciendo durante años gracias a la libertad que otorga internet. Siempre habrá gente inquieta buscando otras opciones como ha ocurrido en épocas pasadas.
¿QUÉ INFLUYE PARA QUE EL PÚBLICO VAYA A VER MÁS A BANDAS TRIBUTO QUE A GRUPOS NUEVOS?
Hay varios factores que convergen en el problema, sinceramente:
Factor educativo: hay ninguneo de la música incluso en colegios, donde la asignatura tiendf a desaparecer.
Analfabetización social sobre estilos musicales que verdaderamente existen: los medios masivos segmentan y muestran solo una ínfima parte de lo que verdaderamente existe. Ese público masivo no busca por su cuenta, así que se queda con lo que le llega omitiendo la realidad (cientos de etiquetas, y miles según Spotify).
En medios convencionales bombardean con temas de ayer: si en mainstream hay medios repasando música ya conocida, las orejas se acomodan. La nostalgia está incluso en TVE con programa diario repasando música y contenido de décadas atrás...
Ojalá la realidad fuese otra en lo que a grupos de contenido propio y apoyo desde el público se refiere, pero las bandas tributo no desaparecerán y hay que convivirbcon ello. En vez de crear bandos sería mejor unirse y reivindicar derechos para profesionalizar el puesto de músic@. A ver si dentro de 5 años más releo este artículo y el de 2017 y sonrío encontrando avances para el gremio de músic@s...
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