Todos somos cerrados de mente, y nadie queda exento de esta afirmación. Mis gustos musicales no siempre han sido eclécticos, y no me avergüenzo de ello porque todos pasamos por fases de autoconocimiento hasta llegar a quienes queremos ser.
De hecho hubo una época en mi vida en la que la realidad que percibía estaba duramente trastocada por los medios masivos, los que nutrían entonces mi conocimiento, ¿te suena? No ha cambiado mucho, ¿verdad?.
Pero desperté y comprendí que más allá de los límites "impuestos" existía un mundo increíble de alternativas que me permitieron dar forma a mis gustos personales sin segmentaciones de ningún tipo.
LOS CERRADOS DE MENTE LO SON TAMBIÉN DE OÍDOS:
Para dejar de ser cerrados de mente debemos empezar por no ser cerrados de oídos. Musicalmente, desde los años noventa se hace imprescindible salir del espacio de confort sencillo que antes, en el plano alternativo, se ceñía a las etiquetas de Rock, Metal o Punk sin más.
Ahora las combinaciones musicales existentes son numerosas, y el oído de cada un@ necesita conocer todas y cada una de las nuevas escisiones (cientos, doy fe) para identificar las nuevas opciones que existen. Y es que atrás quedaron los tiempos de géneros sin apellidos porque la evolución ha propiciado -sigo hablando en el plano alternativo, aunque se puede aplicar a todo el ámbito musical- que tras el Rock o el Metal o el Punk deba añadirse mínimo un apellido que aporte la ubicación exacta de lo que se está escuchando.
Debemos atender a los matices instrumentales y vocales que se han ido desarrollando conforme a la necesidad imperiosa de experimentación, que va implícita en el verdadero artista: esa búsqueda de sonido personal que comienza sentando bases y que termina derivando en nuevos géneros y subgéneros musicales. Por mucho que neguemos la proliferación de etiquetas y nos guste decir «para mí esto es Rock y punto» (o Punk y punto o Metal y punto), lo cierto es que ya nada es solo Rock o solo Metal o solo Punk.
SER CERRADOS DE MENTE ES NEGARSE A CONOCER LA REALIDAD:
Investigar todas las opciones que existen se convierte en fundamental si queremos educar el oído musical correctamente y dejar atrás el lastre de ser cerrados de mente. Para ello es necesario abrirse y salir de la zona de confort de nuestros gustos personales, pero es una ardua tarea que no todo el mundo está dispuesto a realizar.
Si a esto le sumamos la segmentación en numerosos medios masivos, aquí es donde entra en juego la desinformación consentida: si solo te ofrecen una pequeña parte de lo que verdaderamente existe, y decides conformarte, basas tus gustos en relación a tu conocimiento, no a una realidad. Obviamente si amplías horizontes también tendrás más opciones entre las que elegir, por eso no creo que la segmentación sea un óptimo sistema informativo y es clave que la persona decida investigar por su cuenta.
Podemos dejar de ser cerrados de mente, y es que no hay excusas posibles en la era digital: Internet ofrece herramientas para conocer más opciones que la que nos muestran, así que quien se conforma con la información que le llega es simplemente porque quiere.
HAY MÁS MUNDO FUERA DE LOS LÍMITES QUE NOS IMPONEMOS
Estoy cansada de comprobar cómo hay personas que son cerrados de mente hasta el extremo de rozar el hermetismo radical: no dan oportunidad a otras escenas musicales más que la que ellos consideran la "buena".
Es curioso que si casualmente much@s de ellos escuchan involuntariamente algo que se sale de su gusto pero que reconocen de calidad (teloneros de conciertos, temas en bares alternativos, sugerencias de amistades...), no salen de su asombro durante días...
Hace años yo era parte de los cerrados de mente, pero desperté de mi letargo y aposté por mis inquietudes en lugar del acomodamiento. Tal vez por conocer las dos caras de la moneda me muestro tan insistente con este tema de abrir oídos, salir de la zona de confort, etc. pero es que señores y señoras: ¡hay más mundo fuera de los límites que te impones! Ciertamente debo citar aquella época en la que se creía que la Tierra era plana: ¡menos mal que hubo quien no se conformó y apostó por explorar! ;-)
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